GEOMORFOLOGÍA DE TRAMACASTILLA |
DONDE LAS ROCAS FORMAN PARTE DE LA VIDA…
"Cuando
miras al interior
de
un abismo, el abismo
también
te mira"
Friedrich
Nietzsche
¿Quién de niño, o no tan niño, ha sentido alguna vez la fascinación de introducirse en el interior de una cueva?, ¿Cuántos hemos deseado encontrarnos alguna vez con los seres extraños y siniestros que creíamos vivían en su interior?, ¿Cuántas veces nos hemos deslizado por sus laberintos buscando algún tesoro escondido en la antigüedad?...
Las cuevas, grutas, cavernas, … marcan de cierta manera y condicionan a la vez el paisaje de este pedacito de la sierra de Albarracín que se llama Tramacastilla. Son tan cotidianas para sus gentes como lo puedan ser los chopos, el agua de sus manantiales o los rebaños de ovejas y cabras que pastan por sus alrededores.
Quizás la diferencia es que las últimas situaciones se pueden dar con mayor o menor frecuencia en otros puntos de la sierra, pero la aparición de estas cavidades y de otros parajes "esculpidos" en el terreno alcanzan en Tramacastilla una relevancia tan importante, que son merecedores de un apartado especial.
El principio de esta historia debemos buscarlo en las rocas que rodean al pueblo, unas rocas oscuras, que forman unos resaltes visibles desde cualquier perspectiva dentro y fuera del pueblo. Esta roca se denomina caliza.
La roca caliza está compuesta principalmente por carbonatos de calcio y de magnesio. Casi siempre se genera en los fondos marinos, de aguas relativamente cálidas en las que existe una importante presencia biológica capaz de formar o precipitar el carbonato cálcico. A partir de estas primeras explicaciones podemos deducir que hace muchos millones de años, lo que es actualmente Tramacastilla y en general esta zona formaban parte de un mar, más o menos profundo, similar al actual Mediterráneo.
Pero volvamos a hoy en día: estas calizas, que con tanto "desparpajo" afloran por los alrededores del pueblo son altamente sensibles a la acción del agua de lluvia cargada con el dióxido de carbono ( CO2 ).
Este CO2 que se genera principalmente por la acción de las plantas, además de encontrarse en el aire, también se halla en los suelos cubiertos de vegetación. Los suelos, al mismo tiempo que las raíces de dichas plantas, albergan abundante materia orgánica que puede encontrarse en estado de descomposición, como restos de animales muertos,…
Es importante tener en cuenta que esta situación se enmarca en un clima con inviernos fríos y veranos templados; es decir, las temperaturas son más bien bajas.
Ahora que hemos presentado a los "actores principales" de la función, podemos relatar como transcurre la "película":
El agua de lluvia incorpora el dióxido de carbono desde el aire. Este agua, al llegar al suelo, también se carga del citado gas. En este momento se crea el ácido carbónico (CO3H2). El agua cargada con el ácido carbónico desciende por el suelo hasta llegar a las conocidas calizas, que víctimas de su propia "debilidad", empiezan a sufrir un ataque despiadado por el agua ácida e inocentemente empiezan a agujerearse como si de un queso gruyere se tratase, alentadas por las bajas temperaturas.
Estos agujeros en nuestro "queso calizo" particular, son las cavidades que salpican las paredes calcáreas en los alrededores de Tramacastilla.
Estas cavidades forman parte de una "pescadilla que se muerde la cola". Trataremos de explicarlo: a medida que los procesos de ataque incontrolado a las calizas se suceden, se van creando más fisuras, más conductos por donde las aguas pueden discurrir con más facilidad y por lo tanto más probabilidad de que se vayan creando las cavidades.
Podemos encontrar varios tipos de cavidades o cuevas aquí en Tramacastilla:
Descubrimos las galerías, que presentan un importante desarrollo horizontal. También podemos ver las salas, que son cavidades pero de un volumen especialmente grande, donde se pueden producir incluso desprendimientos de los techos. Simas son las cavidades más verticalizadas, que pueden incluso llegar a enlazarse con conductos horizontales, como galerías.
Muchas de estas cavernas calcáreas incluso disponen de complejas redes de pasadizos.
La belleza de todas estas grutas no sólo es exterior; en el interior de las mismas se esconden pequeños misterios de la naturaleza, grandes y diminutas obras de arte que surgen desde el interior mismo de la roca. Todos estos enigmas pétreos reciben el nombre de espeleotemas. De estos, los más conocidos y representados en las cuevas de Tramacastilla son las estalactitas y estalagmitas. A continuación vamos a analizar su formación:
Habíamos dejado al agua, cargada de ácido carbónico, atacando a las calizas.
En un momento determinado, ese agua llega a una de las muchísimas cavidades que ya hemos observado que se forman en la roca. La gota de agua aterriza en la gruta rebosando de las propias partículas de carbonato que ha ido "arañando" a las entrañas de la montaña, en forma de bicarbonato.
Pero en ese preciso instante ocurre lo que ni siquiera estas ácidas aguas podían esperar: el aire acumulado en las cavernas tiene un contenido en dióxido de carbono similar a la del aire libre, es decir, mucho más bajo que la que lleva la gota. Esa valiente gota que llega pletórica encuentra un cambio tan grande, que para sobrevivir debe expulsar el carbonato que transportaba.
Y es entonces cuando aparecen las estalactitas. Alrededor de la gota va apareciendo una fina cortecilla hueca, por cuyo interior sigue circulando el agua. Parece como si las gotas pagaran tributo por su descaro: deben devolver lo que antes habían sustraído de la roca.
Así se descubren estas agujas de carbonato que penden de los techos de las cavidades.
Pueden ser que estas agujas crezcan desde el suelo. También se generan por goteo, a partir del choque de una gota de agua sobre el suelo. Son las conocidas estalagmitas. Puede ocurrir que estalactitas y estalagmitas se unan formando columnas.
En cualquier caso, la riqueza pétrea de Tramacastilla y sus alrededores no se detiene en las cuevas; ni tan siquiera en su interior. Las aguas del río Guadalaviar ejercen un papel de disolución y erosión que genera gargantas, cañones,… Desempeñan una poderosa acción incisiva durante largos periodos de tiempo.
Estas gargantas constituyen valles encajados y estrechos de paredes verticales, que tienen grandes profundidades. La elaboración de estos cañones está en relación con la abundante fracturación de las calizas de la zona. El ejemplo más claro de esta situación se encuentra en el tramo del río Guadalaviar comprendido entre Villar del Cobo y Tramacastilla llamado Barrancohondo.
Así pues ya hemos descubierto como la disolución y la precipitación de los carbonatos implica la elaboración tanto de formas erosivas como constructivas en superficie y en el interior de los grandes volúmenes calcáreos tan abundantes por esta zona. Este conjunto de procesos forma parte del denominado sistema kárstico.
De esta manera, el relieve caracterizado por estos macizos masivos de rocas calizas se hace llamar relieve kárstico, derivado del Macizo montañoso de Karst, al norte de la costa adriática, en Eslovenia.
Tramacastilla está pegada al karst porque la belleza de su entorno la empuja, como quien enseña al mundo lo mejor de su casa. Es pues, por merecimiento propio, uno de los rincones dentro de la Península Ibérica con un patrimonio kárstico más rico y variado.
Es una fortuna que debemos conocer y a la vez respetar. Si entendemos que los seres humanos tenemos unos ciclos vitales, también la naturaleza, aunque sea bajo una máscara de piedra, necesita crecer y renovarse si bien a veces necesite periodos de millones de años, pero,…¿Quién tiene prisa cuando el tiempo parece detenerse en estos parajes incomparables?…
Diego Marín Sánchez
Geólogo
. . . . . . . . . . . . .
El Relieve General de la Sierra de Albarracín
. . . . . . . . . . . . .